Camino Calvo



Siempre digo que mi blog es como mi tarjeta de visita, tanto personal como profesional. Tengo la suerte de tener un trabajo que me apasiona, con lo cual no hay mucha diferencia entre estas dos facetas de mi vida.

Mi blog nació con la intención de promover hábitos de vida saludables, a nivel físico, mental, emocional y social. Los contenidos los escojo de forma cuidadosa y exigente, divulgando artículos con evidencia científica y rigor.
Y además se ha convertido en una especie de libro de recuerdos de mis reflexiones, mis inquietudes y mis experiencias.

Cambiar hábitos no es fácil, requiere la valentía suficiente como para perseverar en nuestro objetivo. La vida es cambio. La salud también.



jueves, 27 de febrero de 2014

Guía de Nutrición para deportistas

Comparto esta Guía de Nutrición para deportistas pues me consta que es difícil conocer la mejor manera de alimentarse antes, durante y después de hacer deporte, sobre todo para los noveles de más de 40 años que hacen un maravilloso giro en su vida y se disponen a cuidar de su cuerpo para mantenerlo fuerte y joven en la segunda mitad de la vida


Qué comer antes de una carrera? Cuánto? Hidratos? Proteínas?
Uf, habrá que dedicar un tiempo a la lectura y al cálculo según el peso y la actividad de cada uno. Y escuchar el cuerpo en entrenamientos y competiciones, para que ese ejercicio tan beneficioso para tantas cosas sea lo más eficaz posible. 
Aquí un avance...





Nutrición para deportistas, Guía preparada por el Grupo de Trabajo sobre Nutrición del Comité Olímpico Internacional

jueves, 13 de febrero de 2014

Formación en hábitos saludables

Debido a la cantidad de creencias y mitos generadas muchas veces por las dichosas dietas milagro, es muy importante dedicar un espacio en los talleres de formación a dejar muy claras las pautas saludables de alimentación y actividad física.

PERO, esto no es suficiente. Para que el participante del taller marche a su casa con herramientas imprescindibles para facilitar un cambio de comportamiento, es inaceptable obviar el papel decisivo que juega la autoestima y el autocontrol.

Y teoría, la justa. En mis talleres, la interacción entre los participantes, las dinámicas más juguetonas y la alegría son tanto o más importantes que conocer el número de calorías  que debemos consumir al día.

Os invito a participar o me invitáis a impartir formación en vuestro entorno. 
Quedaréis muy satisfechos.



viernes, 7 de febrero de 2014

Reflexión sabia de una estudiante

Esta mañana mi hija Marta imprimía un artículo escrito para el colegio.
"Dejo el documento abierto en el ordenador, míratelo" me ha dicho al marchar. 

Curiosa por el comentario lo he leído y rápido le envío un Whatsapp "Me dejas que lo publique?? Me encanta!", "Jajaja, valee",  "Estoy orgullosa de tí!!" 

Y sin más comentarios publico el artículo de mi hija de 17 años, brillante estudiante de Primero de Bachillerato, que tantas horas se ha aburrido en el colegio...   


"Cuando tenía diez años aproximadamente, vi un documental en la televisión sobre unos niños en África que sólo podían ir a la escuela, como mucho, una vez al mes . El resto de días trabajaban en minas o campos de cultivo. Para ir a la escuela tenían que caminar durante kilómetros y kilómetros. Pero ellos eran capaces de hacer cualquier cosa sólo para poder aprender a leer y escribir.
Mi reacción al ver el documental fue pensar: Cómo puede ser que tengan ganas de ir al colegio cada día si es tan aburrido...!



Después de reflexionar, creo que la pregunta debería ser: Cómo puede ser que no tengamos ganas de ir a la escuela nosotros?

Bien, mi reflexión es que el sistema educativo de nuestro país y de muchos otros consiste simplemente en preparar a los alumnos para poder pasar unas pruebas (en nuestro caso las pruebas de selectividad) y sacar la máxima nota posible. El problema está en que todo lo que hemos aprendido, o más bien dicho memorizado lo olvidamos al poco tiempo y no nos sirve de mucho.


Un día, en latín, hicimos una clase absolutamente diferente de las que estamos acostumbrados. La profesora tenía que marcharse a una reunión y nos dejó trabajo para hacer. Lo que decidimos hacer para tener el trabajo acabado cuando ella volviera fue salir por turnos a la pizarra, apuntar la frase que se tenía que traducir y entre los compañeros intentar hacer juntos la traducción. 

Como es normal, surgieron dudas, por ejemplo al determinar la función sintáctica de una palabra, y todos dábamos nuestra opinión y revisábamos las respuestas.
Cuando llegó la profesora no sólo habíamos acabado el trabajo y todos lo teníamos correcto sino que prácticamente nadie tenía dudas respecto a la lección y los errores que antes cometíamos nos habían quedado claros para el examen.
La siguiente hora, en cambio, tuvimos una clase de filosofía que consistía básicamente en escuchar a un alumno leer un parágrafo del libro y escuchar la explicación de la profesora mientras tomábamos apuntes.



Esto me hace pensar: qué habría pasado si desde que somos pequeños pudiésemos tener una educación autodidacta, en la que nosotros mismos tuviésemos que buscar la manera de solucionar las dudas que van surgiendo, que no tuviéramos que escuchar una explicación de una hora entera, que pudiésemos satisfacer nuestra curiosidad a mismo tiempo que aprendemos?

En ese caso , desde pequeños entenderíamos que la educación es un derecho y un privilegio, no una obligación.
Creo que representaría un cambio importante en la sociedad.
Las lecciones serían las mismas, cambiaría el método de trabajo. He comprobado personalmente que la misma lección impartida por dos profesores diferentes me resultó muy distinta. En una clase dada de manera tradicional no entendí casi nada, me frustré y acabé distraída y sin hacer caso a la explicación. En la otra, más autodidacta y dinámica entendí el sistema relativamente rápido y la clase me resultó interesante y nada pesada. 
Por ello creo que, con una metodología diferente, la gran mayoría de los alumnos se interesarían más por los estudios y el índice de fracaso escolar disminuiría significativamente.



Y continuo mi reflexión y para ir más lejos pienso que cómo es posible que los niños sepan calcular la velocidad a la que va un sistema de poleas y en cambio no sepan qué nutrientes tiene el queso, o las consecuencias de una mala alimentación.

Al fin y al cabo, en la escuela pasamos un tercio del día y desafortunadamente hay familias que no se preocupan en enseñar las cosas básicas a los hijos.
Por eso creo que la escuela tendría que tener una clase dedicada a los hábitos saludables y a tomar conciencia de cómo puede afectar el estilo de vida poco equilibrado.



Finalmente me gustaría apuntar que no es algo difícil de cambiar, más que nada porque ya hay profesores que hacen las clases de esta manera, solo se tendría que enseñar nuevos métodos a los profesores y ellos aplicarlos.



El problema es que estos métodos ya existen desde hace tiempo y si la educación aún no los ha cambiado es porque la mentalidad de la gente ante los cambios casi siempre es negativa , ya que supone un esfuerzo que no es para beneficio propio y, por mala suerte para las futuras generaciones, la gente se siente demasiado cómoda haciendo lo que hace como para esforzarse por cambiar".



Gracias, Marta, tenéis trabajo los jóvenes, pero cambiaréis el mundo. Estoy segura.
T´estimo molt.

lunes, 3 de febrero de 2014

Vivir con conciencia

 Del latín,  Conscientia: Con conocimiento.

Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.
Conocimiento reflexivo de las cosas.
La conciencia es el acto psíquico por el cual un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.  
Es la facultad humana para decidir acciones y hacerse responsable de las consecuencias de acuerdo a la concepción del bien y del mal. 
Es percibir el entorno a través de los sentidos y analizarlo con la información que se tiene a partir de las propias experiencias.
...

Lo maravilloso es que podemos escoger a cada instante y en cada acto. 
Podemos comer, caminar, relacionarnos, trabajar, elegir, besar, escuchar, amar, vivir... con conciencia, o no entretenernos y...


Tengo el plato delante, me dispongo a comer, hoy con verdadera conciencia. Qué malo debe ser pasar hambre, no comer hoy, o quizás sí, pero no saber si mañana tendrás esa suerte. 
Yo, sé que voy a comer cada día. Primer motivo para estar agradecida.

Observo el plato, reconozco los alimentos, huelo, imagino el sabor, mis glándulas empiezan a salivar y mi boca se humedece y se llena. Quién habrá plantado y recogido estos alimentos, quién los habrá transportado hasta mi casa. Segundo motivo. Gracias.

Y poco a poco, con mis cubiertos metálicos y fríos, escojo aquello del plato blanco, que quiero degustar, y lo hago como si fuera la primera vez, olor, temperatura, textura, sabor.
Cierro los ojos y trituro con mis muelas, sin prisa, como si fuera la última vez.
Trago. 
Escojo otro ingrediente, comida de colores que cuidará mi cuerpo. Otro motivo, perdí ya la cuenta.

Y siento como mi estómago va enviando señales a mi cerebro y le dice que ya estoy saciada. Curioso, mucho antes que otras veces. La bioquímica también requiere su tiempo. 
Pues no como más, obedezco. Magnífica comida.

Y si tan diferente es la experiencia de comer con conciencia, qué será vivir así?
Vivir en plenitud. No perder un instante, no perder un beso, no perder un abrazo, no perder un minuto.


Real Academia Española